ACERCA DE

Inicial mente, este podcast se inició para ayudar a liberar a mi hermano Jonathan y compartir nuestra historia sobre cómo su orientación y tutoría me guio a trabajar en la NASA con el objetivo de convertirme en astronauta a pesar de que él estaba en prisión. Sin embargo, a lo largo del viaje, descubrí que la situación de mi hermano es sólo una batalla en toda esta guerra contra las injusticias del sistema penitenciario. Por eso, este podcast se modificó para servir a un propósito mayor, utilizando nuestras historias para hacer nuestra parte en el desmantelamiento del sistema penitenciario. Me acompañó un amigo que fue condenado a cadena perpetua a los 18 años y que pudo volver a casa después de 25 años a los 43 gracias a leyes en California que le permitieron volver a ver la luz. Ambos compartimos nuestros testimonios, aprendizajes y experiencias.

Subtítulos de inglés a español se pueden encontrar solamente en YouTube.

Hoy en día oímos el mismo canto: ¡Libren a mi familia! ¿Pero quién es realmente libre?
Nuestras almas están encapsuladas en nuestros cuerpos mientras las mantenemos encadenadas por las desigualdades y las tonterías. Una vez que tu familia es libre, ¿se les da las mismas oportunidades que a ti y a mí?
Tal vez quieran devolver a la comunidad mostrando que un individual afectado por el sistema penitenciario puede crear algo de la nada. Pero si no se le da una oportunidad, ¿qué puede hacer este joven?
Incluso si pagó sus cuotas, se aseguró de que sus tornillos mentales no estuvieran sueltos, cumplió su condena y mantuvo su comportamiento; sin embargo, por la falta de recursos adecuados puede hacer que el joven vuelva corriendo a sus viejas costumbres y pecados.
Cada verano nos esforzamos por no dejar que el juego nos hunda, pero sin ayuda; dejamos que el juego nos separe.
Es difícil no preguntarse, '¿por qué mis hermanos de color no pueden salir de esta madriguera como los de piel blanca?'
Es doloroso ver cómo tus seres queridos vuelven a caer en las mismas trampas que los llevaron por el camino perverso y autodestructivo.
Así que repito: ¿Quién está libre?
"Indique su número".
01760315...
"Gracias. Entonces, delincuente, ¿crees en tu interés que te has rehabilitado?"
"Si le das a una persona un galón de agua después de días en el desierto sin ella, morirá. Inmediatamente intentará bebérselo todo. Tienes que darle pequeñas dosis. Para que su cuerpo se acostumbre de nuevo.
Le estás dando demasiada agua a este niño, empieza con poco para que se acostumbre a sentirse de nuevo querido".
Es una analogía que aprendí y provee a un voluntario de prisión mientras cumpliendo mi condena.
¿Rehabilitado? Bueno, señor, no sé si esa es la palabra en sí, pero aprender; lo hice, eso diré. Aprendí algunos códigos, hice mi parte y siempre puse semillas de sabiduría en las cartas que enviaba a mis hermanitos en casa.
¿Me arrepiento de mi mala acción?
No pasa un día sin que el recuerdo parpadee en el tiempo de aquel fatídico día; yo era un niño que caminaba por la senda de los caminos inexactos.
Si hubiera una oportunidad de hacer entrar en razón a ese chico; decirle cómo es la vida y cómo funciona, advertirle que su amigo estaba tan perdido como él
Ese niño que quisiera salvar sólo quería tomar el dinero de esa persona; sin importar si el hombre era rico o pobre, pero su amigo quería más.
Entonces... ¡"BOOM"!
Unos niños ven el espíritu impagable del hombre en el frío suelo. Si tuviera una oportunidad, lo haría.. pero no puedo; él ya no está aquí.
Lo que queda es un hombre adulto con remordimientos que ha convertido su transgresión a corrección; para poder aprender la lección.
Ahora este hombre intenta enseñar a los jóvenes la lección de su indiscreción; con la esperanza de que obtengan la bendición.
No pretendo rechazar la palabra "rehabilitar" con ninguna falta de respeto. Para personas como yo que hemos visto lo que hemos visto, se necesita tiempo para acostumbrarse a vivir en una nueva sociedad.
No soy una bestia salvaje; he estado metido en un cuarto de cuatro esquinas mirando las rejas intentando averiguar cómo mi vida se fue al garete; mientras batallando con el maltrato de los guardias que intentan mantener mi mente sin esperanza y desmantelada.
Observando a otros en el sistema perdiéndose día a día es un juego de trivia que veo, pero no juzgo porque casi me pasó lo mismo.
¿Como de pronto puede la locura y el trauma consumir el alma de uno? Ese debería ser el nombre del juego, ¿sabes?
Cada día que pasa, todos los que estamos dentro soñamos y fantaseamos con que nos concedan la libertad condicional. Podemos ver esos papeles colgados junto a la bandera estadounidense mientras bailan elegantemente con la corriente de aire.
Nunca habíamos visto unos papeles tan bonitos, pero cada vez que nos acercábamos, esos papeles se movían velozmente como un fantasma o como si colgaran de una caña de pescar. En definitiva, quebrando nuestras esperanzas.
Pero, tal vez esa sea la recompensa. Unas cuantas almas jóvenes perdidas le quitan la vida a un hombre que le pertenece por derecho y ¿cuál es el resultado final?
Arrepentimiento, culpa, tortura mental y algunos restos de nuestras almas maltratadas; mientras luchamos con todas nuestras fuerzas contra nuestros enemigos para subir al poste de tres metros que sostiene nuestras posibilidades de libertad condicional. Pero en realidad, eso es lo que nos pasa por cosechar lo que sembramos.
Los inquietantes recuerdos de los sonidos e imágenes de aquel desdichado día se sienten como carbón ardiente. Pero sé que el dolor que yo sostengo no se compara con el de la familia que perdió un alma.
Porque el Buen Padre podría haber tomado a mi hermano menor y haberlo llamado de vuelta a su primer hogar espiritual o simplemente podría haber acabado con la mía.
Tuve que ponerme en su lugar y pensar: ¿y si fueras tú? ¿Cómo podrías soportar la pérdida de uno o dos miembros de tu familia?
Así que, aunque no podamos respirar la misma corriente de aire; dar una disculpa a la familia puede no ser suficiente, pero se debe por derecho. No sólo a ellos, sino también a mi familia en casa.
Estoy agradecido a mi hermano, Joshua, por haber escuchado y recogido las palabras que le otorgué mientras se esforzaba por alcanzar sus metas. Hubo momentos en los que pensé que se avergonzaba de su hermano mayor, pero en el fondo odiaba que su mejor amigo se fuera.
Han pasado muchos años y ahora; está haciendo grandes cosas trabajando para la NASA (La Administración Espacial Aeronáutica de Estados Unidos). Viniendo de dónde venimos, la grandeza no se encuentra en la pobreza; normalmente nos sobrepasa.
No puedo agradecer lo suficiente a mi hermana mayor por hacer todo lo posible para que la familia estuviera bien. Incluso cuando la familia pudo haber perdido la esperanza por mí; ella los mantuvo unidos.
Sé que a mi hermana pequeña le dolió ver a la familia herida. Desde los cristales de orientación que le di, hasta lo que ha observado de mi situación; ella quería asegurarse de que lo que nos pasó no volviera a ocurrir.
Así que saber que hizo todo para obtener su maestría en Trabajo Social es nada menos que una bendición.
Para mi mamá y mi papá; ustedes me dieron perlas de sabiduría y consejos de diamantes para mantenerme en el camino correcto; sólo para que yo haiga haber destruido sus joyas.
Ahora estoy intentando recoger los fragmentos que quedan, pero lo que queda se ha convertido en cenizas.
Así que, para usted señor; he aprendido. Sin embargo, esa palabra rehabilitar no se aplica a los que están detrás las rejas, los que todavía sienten esas cicatrices y quemaduras perjudiciales.
Si bien es cierto que algunas eran merecidas, pero no todas lo eran. Por eso, un individual afectado por el sistema penitenciario necesita tiempo para volver a una vida normal, porque todos, en cierta medida, estamos mentalmente traumatizados.
Repito, no soy una bestia salvaje, he estado en una celda y no he podido encontrar la paz. Pero con esta oportunidad, puedo volver a aprender la serenidad y la tranquilidad, mientras camino por la senda del crecimiento, la prosperidad y la posteridad.

Por Isaiah Robinson, Texas Southern University
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